domingo, 27 de febrero de 2011

Mi Reina


Este Blog está dedicado a mi hija Verónica, una niña especial de 27 años de edad, con un amor inmenso.
Ella  me enseñó a  disfrutar las pequeñas cosas de la vida y hacerlas bellas.
A  escuchar esa palabra que nunca pronunció.
A no considerar banal cualquier palabra que pronunciara por más simple que sea....su  balbuceo,  es tan importante como un gran regalo de la vida. Fui  testigo de un milagro la primera vez que dijo mamá.
Me enseñó a  observar las  creaciones de Dios  como pocas personas son capaces de verlas....
Me permitió ver exactamente la ignorancia, la crueldad y el preconcepto y me enseñó a ser más fuerte que todo esto.

Me enseñó a no estar sola, a tener a Dios a mi lado,  cada minuto de mi vida….

Siento que me dice:
No me escondas, si hago cosas "raras", mientras más me expongas a cosas "normales", mas aprenderé a ser como los demás niños.
Necesito una rutina estructurada, La desorganización me afecta, me desorienta. Si vas a cambiar la rutina, prepárame con anticipación, ayúdame a tolerarla.
Tengo dificultad con el pensamiento abstracto; por favor, sé sencilla, simple, dame claves visuales para poder entender mejor.
Cuando me de una rabieta, no te sientas culpable. Ayúdame a salir de ese pozo el cual no puedo salir sola. Llévame a otro lugar donde me sienta segura. No me grites, mis oidos son muy sensitivos y me pondria peor.
Se me hace dificil jugar con los otros niños, ellos no esperan por mi y no me entienden. Enséñame a jugar jugando conmigo. Se simple, concreta y ten mucha paciencia. No se como usar los juguetes en forma apropiada.
Enséñame como comportarme en sitios públicos, comienza con lugares pequeños y donde no haya tanto estímulo de ruidos y gente.
Cada vez que logre algo, aunque sea pequeño, me gustaria celebrarlo contigo. Necesito saber que no hago todo mal, sino que algunas cosas las hago bien o estoy aprendiendo a hacerlas mejor.
No descuides tu salud, si tu te enfermas seria terrible para mi. Tampoco descuides a mi hermano, me gustaria tanto que le enseñes a ser parte de nuestro equipo, a ayudarme.
Acéptame como soy. No hay cura para mi enfermedad, pero si me ayudan puedo mejorar.
No estés triste o deprimida todo el tiempo, no lo entiendo y me causa ansiedad. Ríete, tu sonrisa ilumina este viaje que ambas hemos emprendido. Un viaje de lágrimas y de esperanza, de tolerancia y aceptación. Un viaje que a ambas nos ha acercado más a Dios. 

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veronica